El Duero y su importancia en el terruño.

El Río Duero y la cultura vinícola se fusionan en Finca Rodma.

En la Ribera del Duero, el río es más que un simple cuerpo de agua. Se le venera como una entidad viviente, que con su generoso flujo, se convierte en una fuente de sabiduría.

Ser bañado por el río Duero es todo un privilegio.

Sus aguas, su frescura, su significado como potencial de terruño.

Los ríos crean una orografía particular y especial, ya que hacen que la climatología cambie al igual que sus suelos arenosos, fáciles de identificar.

 

Clima:

Con la cercanía al río el ambiente siempre está humedecido por las aguas, aguas del río Duero, un símbolo de nacimiento, de raza.

Las temperaturas más arraigadas de estas tierras castellanas, las más calurosas con la luz del día y las más frías con los destellos de las estrellas y de la luna, hacen de este paraje un lugar perfecto para que sus uvas tengan el equilibrio perfecto.

 

Suelo:

En la zona donde se ubica Finca Rodma, de suelo arenoso hace que la rugosidad de estas tierras le den toques muy singulares a cada una de las uvas que crecen en sus vides.

La arcilla compone una proporción muy amplia de nuestras hectáreas, ya que estas tierras retienen mucho porcentaje de agua y de humedad.

 

Vino:

La calidad de las uvas que nacen a orillas de río Duero es, más bien insuperables.

Sus paisajes rojizos hacen que este, un Tempranillo con historia, historias de reconquistas y de orgullo, sea una obra con destellos.

El agua que fluye del Duero es rica en minerales que, al ser absorbidos por las vides, influye en la calidad, el sabor y el aroma de las uvas.

Sea dicho, como su propio nombre indica, a la ribera del Duero nacido entre aguas, creado para disfrutar, Finca Rodma se ubica.

Finca Rodma a la “Ribera del Duero”.